Licenciatura en Derecho
Esta noble profesión es una de las más antiguas de la humanidad; su urgencia y necesidad no disminuye. La formación humanista en Derecho nos permite mantener sociedades justas a través del estudio de leyes, principios jurídicos y procesos judiciales para proteger los derechos humanos, garantizar el cumplimiento de normas y promover la equidad en diversos ámbitos.
Orientaciones
- Administración Pública
- Administración de Justicia
- Ambiental
- Civil y Familiar
- Corporativo y Comercio Internacional
- Internacional
- Laboral y Seguridad Social
- Penal
Perfil de egreso: habilidades y conocimientos
Al terminar tu formación de pregrado, tendrás plena confianza en ti para lograr estas capacidades:
- Interpretar y aplicar el derecho para la solución de conflictos en la búsqueda de la justicia, con una visión multidisciplinar.
- Argumentar, de forma oral y escrita, principios, fundamentos y razonamientos jurídicos.
- Comunicar, de manera adecuada, los argumentos e interpretaciones que se desprenden de su análisis jurídico.
- Atender los diferentes tipos de conflictos, a fin de prevenirlos, y proponer soluciones privilegiando el uso de medios alternativos.
- Resolver problemas jurídicos con eficiencia, eficacia y oportunidad.
- Realizar investigación para transmitir y generar conocimiento jurídico.
- Manejar, de manera óptima, las tecnologías de la información y comunicación en el desempeño profesional.
- Comunicarte a través de un lenguaje técnico jurídico en una segunda lengua.
- Desempeñarse en diferentes contextos culturales y sociales, con una visión global.
Campo profesional
No hay actividad social que pueda sustraerse al orden jurídico y a la presencia del derecho. Por ello, el campo de trabajo del profesional de esta disciplina resulta prácticamente ilimitado, ya que la acción del profesional del derecho es universal, toda vez que en todas las áreas de la actividad humana se requiere, en alguna medida, interpretar, aplicar o generar normas y actitudes jurídicas.
La abogada o abogado ejerce como postulante, juez, magistrado o agente del ministerio público en la práctica forense; en los ámbitos federal o estatal, en actividades de representación, asesoramiento, y defensoría; así como en actividades relativas a la interpretación y aplicación de normas jurídicas en diversos tribunales, en la administración y operación de los mismos. Asimismo, puede desarrollar su actividad profesional tanto en la administración e impartición de la justicia como en la defensa de los derechos humanos.
De manera independiente, la persona profesional puede desempeñarse como directiva, asesora o trabajadora de empresas públicas o privadas y, con una participación cada vez mayor, en la función administrativa y en las actividades del Estado, sobre todo en las actividades encargadas a los órganos ejecutivos.